Desarrollo
La educación es un tema muy popular en las propuestas políticas. Los gobernantes aseguran que durante su legislatura todo va mejorar; prometen que las escuelas públicas recibirán recursos materiales para mantener o mejorar su infraestructura, que los maestros van a recibir capacitaciones y van a estar bien preparados, etc. Sin embargo las noticias demuestran todo lo contrario:
“Tres de cada 10 escuelas públicas en educación básica requieren de una urgente rehabilitación en drenajes, baños, pisos o techos, principalmente” (Ayón, 2013).
“México ocupa la posición 48 de 63 a nivel mundial y el último lugar de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico a nivel Latinoamérica en materia educativa” (Márquez, 2012).
“Por no asistir a dar clases desde hace tres semanas en las escuelas de Guerrero, la Secretaría de Educación Pública del estado no le pagó la última quincena a seis mil 209 maestros de la CETEG” (Martínez, 2013).
Se sabe que en México hay una notoria desigualdad económica. Hay un porcentaje muy pequeño de la población que recibe ingresos muy altos y puede mantener un estilo de vida lleno de lujos, mientras que la gran mayoría vive al revés: hay gente que no tiene los recursos para comer diariamente, dormir bajo un techo o tener un seguro médico. Esta desigualdad no se erradica por varias razones, pero una de gran peso es la educación. Los ricos pueden pagar una educación privada que ofrece buena infraestructura y maestros preparados; por otro lado, los pobres no tienen otra opción mas que enviar a sus hijos a una escuela pública, ésta no posee la infraestructura o maestros de calidad.
Antes de comenzar a ver la implicaciones éticas de la deficiencia educativa existente, se debe definir el concepto de “educación”. La educación, de acuerdo a Zayas Pérez y Rodríguez Arrollo (2010, pg. 3), es un “proceso que consiste en la transferencia, reproducción, producción, apropiación y resistencia de los significados culturales, expresados estos en términos de saberes, pautas de conducta, normas, valores”.
El artículo 3º de la constitución mexicana dice: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación” (Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2011). Además dentro este artículo se decreta que el estado se asegurará de la calidad educativa (Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2011). Este es el acuerdo social que hace el gobierno con los ciudadanos, ofrece una educación buena y gratuita. Está claro que el gobierno no cumple con este deber que tiene hacia la sociedad: los alumnos están inconformes con sus escuelas, asisten más maestros a las manifestaciones que a dar clases, y esta deficiencia se ve reflejada en el desarrollo académico de los mexicanos. Álvaro Márquez (2012) publicó que los resultados de un estudio realizado en el 2009 para evaluar el rendimiento académico de 38 mil 250 estudiantes fue muy bajo comparado con otros países (Noticieros Televisa).
Si el gobierno no está cumpliendo con el contrato social, no puede exigirle a los ciudadanos que cumplan con su parte. Esta situación se da porque el incentivo principal de cumplir con ciertas normas es saber que todos los demás también las tienen que cumplir. Pero al ver que no se cumple y que no hay consecuencias severas al desobedecer, este contrato desaparece por completo y la gente comienza a actuar como quiere.
También se debe analizar la utilidad que tiene la buena educación. Cuando se actúa de acuerdo al principio de utilidad “debemos elegir aquella que tenga las mejores consecuencias globales para todos los afectados” (Rachels, 2006, pg. 148). Si hubiera una buena educación básica, las personas tendrían muchas más probabilidades de continuar sus estudios, obtener un título y conseguir un trabajo bien pagado. Además ayudaría al crecimiento económico del país, cuando la gente tiene educación y posibilidades de crecimiento, se desarrollan más competencias y aumenta su productividad.
Otro tema a considerar es la dignidad de la persona. La dignidad es:
Un principio constitucional portador de los valores sociales y de los derechos de defensa de los hombres, que prohíbe consiguientemente, que la persona sea un mero objeto del poder del Estado o se le dé un tratamiento peligroso a la cuestión principal de su cualidad subjetiva; que afirma las relaciones y las obligaciones sociales de los hombres, así como también su autonomía. (Landa, 2002, p. 112)
Cuando no hay educación el pueblo vive en ignorancia; para el pueblo esto representa una perdida de poder, ya que cuando no se tiene conocimiento de los derechos no se pueden exigir. Por otro lado el gobierno se ve beneficiado por esta ignorancia, la gente no sabe cuales son sus derechos por lo tanto, pueden actuar como ellos quieran sin que nadie se queje. Esto lleva a que cuando el gobierno no fomenta la educación está atentando contra la dignidad de los ciudadanos: los trata como medios para conseguir más poder y más libertades sin tener repercusiones.
Cuando se habla de la lucha por igualdad en la educación pública los derechos humanos están implícitos. En la segunda generación de los derechos humanos se busca “la igual satisfacción de las necesidades básicas de todos” (Encarnación Fernández, 1997, p. 685). La necesidades básicas o fundamentales, de acuerdo con Contreras Arias (2009), son: subsistencia, protección, entendimiento, afecto, participación, ocio, creación, identidad y pertenencia, libertad, y trascendencia (p. 65). Dentro de la necesidad de entendimiento se encuentra la educación. Por lo tanto, dentro de los derechos humanos se promueve el derecho a la educación, a una educación que brinde los conocimientos necesarios.
Es importante buscar la igualdad educativa ya que “cuando todavía prevalecen profundas desigualdades en la distribución de la riqueza, los logros esperados para los grupos pobres de la población tienden a ser menores que los esperados para los grupos y localidades ricas” (Vivas Pacheco, 2009, p. 184). Esto quiere decir que, hasta que no se comience a tratar a los ricos y a los pobres como personal igualmente valiosas y capaces, sin beneficiar a alguno, no se verá una mejoría en el desarrollo educativo de las personas que sienten un trato discriminatorio o de inferioridad.
Cabe mencionar que la educación también es importante en la tercera generación de derechos humanos, en ésta se busca el derecho al desarrollo en el que se busca un desarrollo económico, social y cultural que llegue, como meta final, a la justicia (Encarnación Fernández, 1997, p. 691). Para lograr este desarrollo se requiere de la educación, tal como dijo el presidente Lázaro Medina “La educación es la base del desarrollo de los pueblos” (2011). Esto es cierto, cuando una persona tiene conocimientos sobre matemáticas, aprende a resolver problemas; cuando aprende historia, conoce el pasado: los errores que se han hecho y las acciones que han sido consideradas heroicas y dignas de aclamación; cuando desarrolla competencias de lectura, se vuelve más analítico y comprensivo, etc. Esto quiere decir que la educación no sólo está en el contrato social del país, sino que es un derecho universal que tienen todos los seres humanos.
Por último está el tema de la justicia; uno de los tres grandes principios de justicia es: “Igualdad de oportunidades” (Gil Martínez, 1999, p. 158). Para poder decir que México es un país justo, debe comenzar por ofrecer las misma oportunidades de crecimiento y educación a los ciudadanos. La calidad de las escuelas públicas no ofrecen las posibilidades de salir adelante, de mejorar, de poder soñar en un mejor futuro; eso está mal, ya que “todos los hombres son básicamente iguales en su capacidad de conocer la realidad y de orientar y dirigir por sí mismos su propia vida” (Gil Martínez, 1999, p. 154). Esto quiere decir que tienen las mismas capacidades cognoscitivas por tanto deberían tener las mismas oportunidades en su sistema educativo. Es importante recordar que la justicia es imparcial, por lo que no debe de tratarse como inferior a una persona que es diferente a ti, las dos deben de recibir el mismo trato, sin privilegios o beneficios para uno y para otro no.
Conclusiones
La educación pública está en decadencia, los políticos no están invirtiendo en su calidad, por lo tanto es trabajo de los ciudadanos exigir sus derechos. Cuando se analizaron las implicaciones éticas de deficiencia educativa, se encontró que no hay ninguna teoría que apruebe la ignorancia y condene la educación. En primer lugar, la constitución mexicana (el contrato social de los mexicanos) expone que es un derecho de todo mexicano recibir una educación básica y media de calidad. El gobierno al no cumplir con su parte del contrato y quitarle las libertades al pueblo, deja en duda si en realidad se debe de cumplir este contrato, porque no está brindando ningún beneficio a aquellos que cumplen con sus normas. Por otro lado está el principio de utilidad, que deja muy claro que lo mejor para la sociedad y para el país es que haya una educación equitativa y de calidad para que haya mayor productividad y desarrollo económico en el país. Es importante recordar que al dejar al pueblo en ignorancia se está atentando contra su dignidad humana, se le está tratando como medio y no como fin. Es una forma de control social que el gobierno está usando a su favor para no tener que rendir cuentas puntuales de sus administraciones, pero que viola la autonomía del ser humano. También hay que recalcar que los derechos humanos buscan satisfacer las necesidades básicas de todos los hombres, la educación es una de esas y debe de brindarse a todos de manera equitativa. Además la educación conduce al desarrollo económico, político, cultural y social. Por último, para vivir en un país justo se debe de promover la igualdad de oportunidades, todos los seres racionales deben de tener los mismos beneficios, sin importar raza, nivel económico, color de la piel, orientación sexual, etc.
En un mundo globalizado los países que sobresaldrán serán los que tengan la gente mejor preparada para resolver los retos en este mundo tan cambiante, en el cual nos estamos acabando los recursos naturales y estamos en la necesidad de nuevas soluciones. Los países mejor educado serán los que tengan la posibilidad de ofrecer industrias con más valor agregado y con más remuneración para su gente.
Características
Estudios académicos | Estudios profesionales | Edad común | |||
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Doctorado | Mercado laboral | ||||
Diplomado en estudios avanzados | |||||
Maestría | Escuela politécnica superior | +2-3 | |||
Grado académico | Escuela politécnica | +3-4 | |||
Educación secundaria(no obligatoria) | Formación profesional (no obligatoria) | 18-19 | |||
17-18 | |||||
16-17 | |||||
Escuela primaria (obligatoria) | 15-16 | ||||
14-15 | |||||
13-14 | |||||
12-13 | |||||
11-12 | |||||
10-11 | |||||
9-10 | |||||
8-9 | |||||
7-8 | |||||
Guardería | 6-7 |
El sistema educativo finlandés es un sistema igualitario: la escolaridad es obligatoria de los 7 a los 16 años (los alumnos acuden a la escuela local). Es gratuita a tiempo completo para los estudiantes y esta gratuidad incluye la asistencia sanitaria y el comedor (con una comida diaria que debe cubrir alrededor de un tercio de las necesidades nutricionales diarias del alumno) para las escuelas primaria y secundaria. Durante toda la escuela elemental (peruskoulu) de 7 a 16 años, todos los libros y materiales escolares son gratuitos y dados por el mismo centro. Los alumnos que viven lejos de la escuela - a más de 5km - pueden pedir el reembolso del coste del transporte. Los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje pudiendo también beneficiarse, en el mismo centro, de la ayuda de un profesor especialista (eritysopettaja), que puede ir a clase para guiarlo o bien trabajar con él de manera separada.1
A partir de la encuesta internacional PISA sobre los sistemas educativos de la OCDE, Finlandia recibe regularmente las mejores calificaciones a escala mundial. En 2003 los alumnos finlandeses de 15 años figuraban en el primer lugar del ranking mundial en cuanto a competencias lingüísticas y científicas, y se clasificaron en segunda posición en cuanto a resolución de problemas. En cuanto a los estudios superiores, el FEM (Foro Económico Mundial) situó Finlandia primera en el ranking mundial en cuanto a número de matrículas y calidad, y en segundo lugar en la enseñanza de las matemáticas y las ciencias. En los estudios que se hacen para analizar los motivos de estos buenos resultados se ponían de relieve el alto grado de responsabilidad de los alumnos, la ausencia de estrés en un sistema donde no se puede repetir curso y la calidad de la formación de los docentes.
Es importante considerar que los docentes del sistema público son elegidos directamente por la directiva del centro educativo. Esto permite que cada centro pueda crear los mejores equipos de trabajo y buscar a los profesores que mejor encajen en su proyecto educativo real. Los fondos que recibe cada centro son proporcionales al nivel de calidad que estos ofrecen.
La reforma del sistema educativo finés
Hasta comienzos de los años 1958, Finlandia tenía un sistema educativo elitista. Se hacía una selección a la edad de once años después de sólo cuatro años de primaria. Los mejores alumnos podían continuar la escolaridad general primero en un instituto (durante 5 años) y luego, eventualmente, con tres años en un instituto de bachillerato. La mayoría de los niños y niñas seguían dos años suplementarios en la escuela primaria. Hasta 1972, al menos la mitad de los alumnos no hacían estudios secundarios. La mayor parte de los hijos de familias modestas dejaban la escuela en torno a los 13 ó 14 años para trabajar o recibir una formación profesional.
En 1978, después de veinte años de vacilación se acometió la reforma del sistema educativo en Finlandia. Se abolió la selección a los 11 años. A partir de entonces se acoge todos los alumnos en las mismas instalaciones tanto en primaria como en secundaria hasta los 16 años y reciben la misma enseñanza elemental. La reforma se puso en práctica progresivamente según las regiones: Laponia y el extremo norte en 1972, las regiones del nordeste en 1973, las del noroeste en 1974, las del sudeste en 1975, las del sur- oeste en 1976 y la región de Helsinki en 1977. Esta progresividad permite estudiar de manera objetiva los resultados de la reforma comparando el futuro de una edad tocada por la reforma y aquellos de la misma edad no tocados por la reforma educativa. Los analistas han podido así llegar a la conclusión de que la reforma ha supuesto una reducción de las desigualdades en un 25%. Conviene, sin embargo, precisar que la sociedad finlandesa, como todas las sociedades nórdicas contemporáneas, es más igualitaria. Las diferencias familiares tienen menos efecto en el futuro de los niños que en las sociedades anglosajonas donde las reformas de democratización de la escuela no ha reducido las desigualdades sociales.
Educación Primaria
Tras abandonar la guardería, los estudiantes finlandeses con edades comprendidas entre los 5-6 y los 15-16 cursan sus 9 años de estudios obligatorios (peruskoulu en finés, grundskola ensueco).
Las clases son relativamente pequeñas, con rara vez más de veinte estudiantes.2 En la escuela el ambiente es relajado e informal, y los edificios están limpios hasta el punto que los alumnos de los primeros cursos caminan en calcetines dentro de las clases dejando sus zapatos fuera de ellas. Las actividades fuera de las clases son consideradas especialmente importantes, incluso en el frío invierno, y la cantidad de deberes a hacer en casa se reduce al mínimo para potenciar la asistencia a actividades extraescolares.3 Finlandia es tras Islandia el segundo país con mayor número de libros editados per cápita,4 y este interés por la lectura se intenta trasladar a los niños desde una edad muy temprana. De hecho todos los programas extranjeros en la televisión son subtitulados y no doblados, de forma que los niños leen incluso viendo la televisión.5
Educación Secundaria
La escuela superior secundaria no obligatoria comienza a los 16 o 17 años, y dura entre tres y cuatro años. Los estudiantes pueden elegir entre una formación profesional y/o prepararse para futuros estudios en una escuela politécnica o universidad, ya que para poder acceder a ellos deberán llevar a cabo un examen de selectividad por cada facultad a la que deseen ingresar.
Estudios superiores
Los estudios universitarios pueden ser recibidos tanto en universidades como en escuelas politécnicas. La educación universitaria es más teórica, mientras que las escuelas politécnicas se centran más en la parte práctica y aplicada. Por ejemplo, los médicos son titulados universitarios, sin embargo los enfermeros reciben su título de una escuela politécnica.
Estos estudios son también gratuitos para estudiantes tanto finlandeses como nacidos en el extranjero, y éstos reciben una asignación mensual del estado que puede ser revocada si el estudiante no progresa en sus estudios. Dado que la mayoría de los jóvenes finlandeses dejan el hogar familiar y viven en una vivienda propia al iniciar los estudios superiores, el dinero del estado no suele ser suficiente para cubrir todas sus necesidades y es por tanto común trabajar a tiempo parcial para automantenerse.
Profesores
Cabe destacar que para poder ser profesor de primaria o secundaria es necesario tener un título superior de máster en magisterio. Además la labor del profesor es muy respetada habiendo un alto nivel de competición entre los candidatos a acceder a dichos estudios.
A diferencia de lo que ocurre en el sistema educativo español, los profesores del sistema público son elegidos directamente por la directiva del centro educativo. Esto permite que cada centro pueda crear los mejores equipos de trabajo y buscar a los profesores que mejor encajen en su proyecto educativo real. Los fondos que recibe cada centro, son proporcionales al nivel de calidad que estos ofrecen.
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